Releer, desentrañar la caligrafía manuscrita de las piezas inéditas de un poeta y elaborar un estudio sobre las mismas es tarea difícil, sobre todo cuando los sentimientos atesorados en la memoria, fruto de la experiencia personal de una vida compartida, se interponen a los dictados de la razón. Con estas notas quiero rendir homenaje a la vida y obra de quien pasara por el mundo como un perfecto “observador apasionado que disfruta[ba] en todas partes de su incógnito” (9). Así definía Charles Baudelaire al paseante parisino del siglo XIX, el flâneur, arquetipo de la modernidad. Con ese personaje asocio a José De la Rosa. Un hombre solitario, a quien la vida le resultaba demasiado intensa para contenerla en un cuerpo flaco y estrecho. Por eso necesitaba el papel y la pluma como la extensión de sus manos para conservar, al menos en el texto si no en su carne, tanta vivencia, tantas imágenes, tanto alud de sensaciones que le ofrecía su incansable andar por la ciudad.
Margarita Drago, Ph.D.
City University of New York (CUNY)
En este libro, homenaje al poeta dominicano José de la Rosa, asistimos a las diversas facetas, inquietudes e influencias que atraviesan su quehacer literario. En este collage se advierte una fina cartografía de su obra, en la que se contienen la vida, en diálogo constante con la muerte, y la esperanza, subordinada, por momentos, a una suerte de desánimo, tal vez abatimiento, que el escritor logra sortear gracias a la posibilidad de la PALABRA.
Juana M. Ramos, Ph.D.
City University of New York (CUNY)
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