EntreTmas Revista Digital tiene en esta oportunidad el agrado de acercarlos al poeta, artista, narrador y gestor cultural peruano Nilton Maa.
Podría haber distintas interpretaciones, personales y externas, respecto al tema de mi identidad. Podría decir que soy una pequeña pieza de arcilla en constante proceso de ser moldeado. Hoy, ante este cuestionario, soy poeta; sin embargo, existe una amplia línea de títulos que podría utilizar: padre, hermano, nieto, hijo, tusán, queer. O en lo profesional: artista, gestor, narrador. Fuera de los títulos, el modo en que percibimos el mundo o cómo este nos percibe, puedo decir que soy un ser humano imperfecto, en constante desafío con sus limitaciones; fiel creyente de que los sueños se hacen realidad y que todo esfuerzo honesto y bien intencionado nos acerca un poco más a la felicidad.
La poesía ha sido la musa constante en mi desarrollo, incluso en narrativa, parece imposible desprenderme de la musicalidad sobre la que se crean los versos. Salté, de forma abrupta, de ser un poeta amateur a escribir con la conciencia, detenimiento y espíritu que la poesía demanda, gracias a la poeta tusán Julia Wong Kcomt, quien acompañó el proceso de escritura de mi primer poemario con el cariño y detenimiento que solo una maestra/amiga es capaz de expresar, sin la necesidad de demasiadas palabras. Esa generosidad me llevó a publicar mi primer poemario titulado Mientras caen mis hojas. De forma paralela, venía trabajando en mi tercer título que logró ver la luz en el año 2022, con la editorial peruana Trotamundos. Para este tercer libro, mi segunda novela, decidí seguir la sugerencia de Julia y armonizar la voz tusán con mi experiencia como hijo de esa Lima que surge en los márgenes y que nadie desea voltear a ver. De este modo fue que, Cuando muere la niebla surge como una amalgama de voces que denuncian el abandono, la violencia y la extrema pobreza cristalizada en la ira de un grupo de adolescentes que descargan sus frustraciones con peleas callejeras, las que terminan conduciendo a uno de los protagonistas a la muerte; siendo los miembros de su propia pandilla, testigos de una realidad aclimatada por sus propias realidades. La pandemia me empujó a tomar el camino del migrante, el cual me condujo a las calles de Nueva York. Gracias a ello, no solo logré ampliar la expresión de mi trabajo creativo, también logré desarrollar aspectos de mi propia identidad como ser queer, latino y tusán. Fruto de ello, nació mi segunda colección de poemas, de la mano de la editorial Nueva York Poetry Press, titulada ¿Qué bestia escoges hoy para morir? Este libro refleja la ambigüedad de las experiencias de la noche queer en la isla de Manhattan, donde el vacío de los encuentros hedonistas nos conduce inevitablemente a la soledad, el constante deseo de ser vistos y amados como en un círculo que reinicia al caer la noche, la cual se fortalece al encuentro con el alcohol, las drogas, los edificios, las sombras y el dolor de nuestra propia ignorancia respecto a nosotros mismos.
Por otro lado, mi pasión por la gestión cultural me ha llevado a desarrollar proyectos que buscan visibilizar las distintas comunidades que me representan a través de la poesía. Como muestra de ello, pueden encontrar el canal de Youtube Presencia Oriental, el podcast Poesía tusán, desde la voz de sus autores, múltiples entrevistas a poetas en la ciudad de Nueva York, recitales de poesía disidente que expresan, principalmente, el sentir de la comunidad latina, tusán y queer. La cooperación y mi deseo de hacer comunidad han sido los ejes principales para cada actividad realizada tanto en mi país como en esta increíble ciudad que hoy me acoge.
Actualmente, vengo promocionando mi nuevo libro ¿Qué bestia escoges hoy para morir?, lanzado el pasado 10 de mayo por la editorial Nueva York Poetry Press. Del mismo modo, mientras espero respuestas de un par de concursos literarios a los que he postulado con un poemario y una nouvelle, vengo desarrollando un nuevo proyecto que busca honrar la memoria tusán de Julia, quien nos dejó recientemente y representó un duro golpe personal. Del mismo modo, continúo al servicio de la poesía a través de las páginas de la revista Nueva York Poetry Review.
Poema
LA CASA ESTÁ VACÍA
I
Tísico, el viento llega;
amoratada luz,
trepidante mañana
se cuela entre las marcas.
Son, apenas, vestigios
/de una mano
en mi ventana,
en mí y en mis sombras.
II
Mi ombligo desnudo protesta;
no hay luz, no hay vida,
y aun así sonrío,
respiro,
sueño.
III
La casa está vacía;
el fantasma del pasillo
/ya no se mueve.
Mi planta pequeña se ha secado;
sólo el ruido de una calle
/ prevalece,
y una garganta que sangra
sobre los brotes
/de esta primavera
en la ciudad,
y en mi corazón, también.
IV
Desosegado hago el camino.
En el tren mi cuerpo performa,
se mueve violento
desde Times Square
hasta la noche de la 145
donde mi voz estalla,
donde la casa espera.
V
¿Qué poderes tiene Manhattan?
Ilumina las sonrisas
/de mis hermanos rotos,
desesperanzas enredadas
/en una palabra,
ilusiones suspendidas
en esa nube
/que amenaza con lluvia,
con trueno, con impiedad.
VI
Se abre la ventana.
Las luces del puente vibran
/en mis cuencas.
Mi cigarro está marchito.
Agradezco.
Lanzo la colilla.
Guillotino el humo.
Me despido del dolor
/con esperanza,
y vuelvo al refugio de mi cama,
al aire viciado del olvido,
al silencio compartido
con nadie en Nueva York.
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