En esta nueva entrada EntreTmas Revista Digital se complace en acercarlos a la actriz, escritora y académica venezolana Ely Rosa Zamora
Creo que si supiera quién soy, la vida sería muy aburrida. En ese sentido, soy lo que voy siendo...
Nací en un pequeño puerto al oriente de mi país natal, Venezuela, en una familia modesta y numerosa. Mi padre era maestro y mi madre era trabajadora social. Los recuerdos de mi primera infancia están impregnados de salitre y grandes extensiones de arena blanca entre mis pies descalzos. La puerta trasera de mi casa daba al mar, y yo me recuerdo abriendo la puerta y sintiendo la brisa de la tarde; veía las olas crecer hacia la noche, a veces tan altas, que luego se repetían en pesadillas. Aunque éramos una familia grande, creo que siempre fui muy solitaria. Teníamos un tanque con grandes tortugas de tierra y a mí me gustaba pasar tiempo en ese tanque, intentando moverme al ritmo de ellas, muy lentamente, sobre sus caparazones.
Al cabo de unos años nos fuimos a vivir a la capital y allí mi hermana mayor empezó a estudiar letras en la universidad. Para mí, mi hermana era muy inteligente y yo quería ser como ella. Entonces cuando no estaba en casa, escudriñaba en su cuarto y jugaba a leer sus libros. Entre los libros con los que jugaba, recuerdo claramente El grado cero de la escritura, de Roland Barthes. Leía y leía las primeras páginas, una y otra vez, tratando de entender, pues yo quería ser como mi hermana. Antes de que ella llegara, tenía mucho cuidado de dejar todo exactamente como lo había encontrado para que no se diera cuenta de que yo había estado jugando con sus libros.
Cuando cumplí 10 años, una de sus amigas me regaló mi primera novela infantil, El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, y otra amiga me regaló Ivanhoe, de Sir Walter Scott. Mis padres me pusieron unas repisas de madera detrás de la puerta de su cuarto para que pusiera mis libros y yo estaba feliz porque ahora tenía mi propia pequeña biblioteca. Así fueron mis primeros encuentros con la literatura. A mi padre le gustaba recitar poesía cuando íbamos a la playa, sentados frente al mar, a veces bajo la luna, y a mi madre le encantaba cantar y nos enseñaba coplas clásicas tradicionales del folclore venezolano, que es hermoso. También tenía un tío político que era cineasta y nos llevaba a mis primas y a mí a ver obras de teatro infantil. Tuve la suerte de crecer rodeada de personas lindas, amorosas y creativas. Mi madre, en especial, es una mujer con una gran sensibilidad y una capacidad de observación hacia los detalles, realmente admirable. Fue ella quien me enseñó a observar el mundo que nos rodea, a contemplar la naturaleza. A contemplar.
Después de graduarme de bachiller, estudié Derecho y Artes Escénicas, pero con el tiempo pude combinar mi anhelo de justicia con las artes escénicas y decidí abandonar la carrera de leyes. Fue así como llegué a la ciudad de Nueva York, en el año 1994, por primera vez, interesada en trabajar con el Living Theatre, una compañía de teatro norteamericana dedicada a hacer teatro de justicia social. Bajo la dirección de su fundadora, Judith Malina, y del dramaturgo Hanon Reznikov, tuve el privilegio de ser actriz de la compañía por más de una década.
En el año 2009 obtuve una Maestría de Escritura Creativa en Español en la Universidad de Nueva York (New York University). Desde entonces, he publicado varios libros y me he dedicado a la enseñanza del español como segunda lengua en diferentes universidades y escuelas secundarias del estado de Nueva Jersey.
Mi primer libro fue de poesía dramática o dialogada. Se llama Sin lengua y otras imposibilidades dramáticas, y es un libro donde exploré alterar la percepción del lenguaje, cambiando las asumidas representaciones y contextos de algunos de los símbolos profundamente arraigados en nuestro inconsciente. La idea fue crear una estructura híbrida donde se combinran elementos de la poesía y del teatro del absurdo, utilizando la mayéutica, donde una voz va llevando a la otra a sus propias subsiguientes conclusiones y/o eventual conocimiento.
Mi segundo libro es de poesía y se llama La nitidez del embudo. Fue escrito durante la guerra de Irak, basado en meditaciones sobre historias reales sucedidas durante la guerra.
Mi tercer libro es de poesía e imagen y se llama Objeto indefinido. Fue una colaboración que hice con las artista plástica norteamericana Barbara Madsen, durante una residencia artística en Venecia, en el año 2013. Con Objeto indefinido me propuse investigar y meditar sobre las piedras angulares de la civilización, estableciendo una relación entre objeto-imagen y lenguaje.
Madsen hizo las imágenes y yo escribí los textos. El libro forma parte de la colección permanente del Museo de Arte de San Francisco, Legión de Honor, y en el 2019 fue incluido en la exhibición Strange Days: Dada, Surrealism and the Book, en el mismo museo. Asimismo, el libro fue adquirido por la Biblioteca de Libros Raros de la Universidad de Princenton (Princenton University Library of Rare Books).
Mi cuarto libro es de poesía y se llama He sentido un gesto removerlo todo. Se trata de un cuadernillo de 22 poemas donde evoco imágenes de desastres naturales, caos político y confusión social.
Actualmente estoy trabajando en mi primera antología bilingüe: español-inglés.
Comments