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Platicando con...

Actualizado: 2 nov 2023

Para EntreTmas Revista Digital es un gusto navegar los últimos días de este octubre y presentarles en “Platicando con…" a la poeta, narradora, dramaturga y periodista salvadoreña Lauri García Dueñas.

“Soy solamente un animal que escribe y se enamora”, dijo J.E. Eielson.


Mi nombre es Lauri Cristina García Dueñas, nací el jueves 7 de febrero de 1980, en San Salvador, tercera de cinco hermanos. Acuariana de cepa. La primera que se levanta para bailar y la última en dejar de hacerlo. Crecí en una casa que colindaba con el hospital Divina Providencia, el lugar donde un comando de extrema derecha asesinó a monseñor Óscar Arnulfo Romero, mientras mi madre tendía mis pañales y mi padre escuchaba la radio. La guerra me marcó como a millones de salvadoreños. A los ocho años, leí Tierra de infancia, de Claudia Lars, y la historia de la salamandra que se le aparece a las niñas que van a ser poetas.


Desde entonces, le digo a todo el que quiera oírme que soy poeta. Fui una poeta sin obra hasta que, a los 13 años, empecé a escribir mis primeros textos en mis libros rayados del colegio Externado San José. Leo, en el fondo, para intentar comprender cosas. Creo que leer es la forma más noble de escribir y escribir es creer a ciegas que alguien escucha. Viví, estudié y trabajé 15 años en México, antes cursé una licenciatura en Comunicación y Periodismo en la UCA (Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”) salvadoreña y, ya en México, una maestría en Comunicación y Cultura en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), gracias a una beca de la Fundación Heinrich Böll.


He cultivado (me gusta ese verbo) la poesía, la narrativa, el ensayo y la dramaturgia. Soy feminista desde que me convertí en madre y sentí en carne viva la opresión estructural por haber nacido mujer.


Soy sobreviviente de violencia conyugal.

Soy retornada.

Soy neurodivergente, o bien, una persona más sensible de “lo normal”.

Soy trabajadora remunerada independiente y cuidadora no remunerada monoparental de mis hijos de 7 y 3 años.

Soy mujer y artista.

Creo en la posibilidad transformadora del arte y de todo mi curriculum, de lo que más me enorgullezo, es haber sido maestra de poesía en tres centros de reclusión social en México y haber trabajado con personas privadas de libertad en Mexicali, CDMX y Acapulco.


Mis poemarios publicados son: La primavera se amotina, Sucias palabras de amor, Del mar es el ahogo (XVII Premio Interamericano de Poesía Navachiste, Sinaloa, Jóvenes Creadores 2009), El tiempo es un texto indescifrable, La tía y Atávica memoria: Virginia. Así como las plaquets: Hombre mar y Mujer en El Mar, el desierto es verde, un error espectacular atravesado por avenidas e hipopótamos líquidos, Saigón, Cuaderno africano, América, Aquí en el borde cúspide, Filigranas y Fragor.


En junio de 2022, Abismos casa editorial de México publicó mi primera novela: Ella no solas. Soy coautora de los libros de investigación periodística: Tribus Urbanas en El Salvador y El asesinato de Roque Dalton. Mapa de un largo silencio.


Para teatro, he escrito Mientras más se grita menos se mata (2011), Mamífera (2017), El deseo de los otros no se puede controlar (2018), Del otro lado del cielo (2019) y No todo está perdido (2020).

Algunos de mis textos han sido traducidos al inglés, catalán, alemán, italiano y árabe.


He participado en lecturas en voz alta y talleres en Kenia, Francia, Colombia, Chile, México y El Salvador. He colaborado en proyectos con PNUD, AECID, ONU Mujeres, OXFAM, FCAM y Fundación Heinrich Böll. Asimismo, he impartido clases presenciales y en línea en UNAM, Universidad del Claustro de Sor Juana, Universidad Loyola del Pacífico, Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), UCA, distintos centros culturales, comunidades y tres reclusorios de México. Coordinadora de la Red de Exbecarias y exbecarios de la Fundación Heinrich Böll. Colaboradora de Alharaca.


Mis premios:


XVII Premio Interamericano de Poesía Navachiste Jóvenes Creadores, Sinaloa, México 2009.

Tercer lugar en el concurso “La crónica como antídoto”, Centro Cultural Tlatelolco UNAM, 2015.

Primer Lugar Único Nacional en los XXIV Juegos Florales de Poesía de San Vicente, El Salvador, 2015.

Primer Lugar Único Nacional en los XVII Juegos Florales de Poesía de Chalatenango, El Salvador, 2016.

Mención Honorífica en el Premio “Hugo Lindo” de Novela de la Universidad “José Matías Delgado”, 2019.

Beneficiaria del Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití en México 2010 del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

Reconocimiento a la Excelencia de la cuarta edición del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2016, como parte de las primeras reporteras del periódico El Faro.

Ganadora de los fondos para investigación corta de la Red de exbecarios y exbecarias de la Fundación Heinrich Böll 2020.

Beneficiaria del fondo “Contigo en la distancia” 2020 de la Secretaría de Cultura Federal de México (SC) por los audios de su poema “América”.

Poems in Translation Contest 2021 The Academy of American Poets y Word Without Borders. EEUU.

Premio de Poesía Tessa Bartók 2022 Editorial Kalina El Salvador.


Entre mis proyectos se encuentran escribir mi segunda novela: “Selva mozote”; presentar mi performance “Mamífera”; seguir trabajando en proyectos culturales con mujeres, sobre todo, adultas mayores; viajar a donde me inviten; lograr tener un trabajo digno con prestaciones sociales, torear la precariedad y no sucumbir ante el necrocapitalismo. Criar a mis hijos para desobedecer al mandato de masculinidad violenta.



Poema



Un ciervo


Hay un ciervo en el pavimento

hay un ciervo que murió en el pavimento

en una imagen en la mente de alguien

hay sangre seca y nieve

y un accidente que lo precede.


Hay palabras agolpándose y exceso de sentido

hay demasiado sentido corroido

y un amor y un odio a las palabras dichas y no dichas

que no podrán recogerse nunca

con los años.


Hay especulaciones inútiles sobre qué fue lo que pasó

y largas llamadas telefónicas de una de las implicadas.


Hay culpa y espinas en una corona de ciervo

en el pavimento de una ciudad al norte del continente

en una navidad revelada para los niños

en una imagen en la mente de alguien.


Por un momento, el ciervo agonizó

y su pelambre marrón hizo un mohín

sus vísceras temblaron como esperando algo

para seguir con vida.


Muñón.


Esta es la analogía incompleta de algo muy diferente que ocurrió en el trópico.

Más específicamente en el Pacífico.


Lo más difícil fue atravesar la puerta de tu casa y darte la espalda

pero me habías hecho mucho daño y yo.

También.


Algunos automovilistas tienen dioptrías

o la niebla en los ojos los vuelve proclives a atropellar ciervos.

Esta no será la única imagen muerta en este invierno milenario

de personas que se creen ciervos y escriben.

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