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Platicando con...

Actualizado: 2 nov 2023

Para EntreTmas Revista Digital es un gusto en esta ocasión compartir una breve mirada al trabajo y producción literaria del escritor costarricense Guillermo Acuña González y acercarnos un poco desde sus propias palabras a su quehacer como escritor, docente universitario y comunicador social. Hoy en “Platicando con..." Memo Acuña.


Memo Acuña es un actor que detuvo su carrera cuando empezó a convencerse que la poesía lo podía llevar a sitios impensados. Soy un sociólogo convencido en el teatro como recurso explicativo y cada vez más crítico de las capillas académicas. Pero a pesar de eso, hago academia (honesta y directa) procurando partir de sus propios cuestionamientos. Y desde estos cuestionamientos tengo más de 20 años tratando de entender las dinámicas de movilidad humana centroamericana.


Soy un comunicador que llegó tarde a la profesión. Tengo un título de posgrado en esa disciplina que no me acredita para lo que he querido, y por eso he preferido tranzar con el empirismo como mi puerta de entrada a la práctica comunicativa. De niño jugaba a transmitir partidos de fútbol con un micrófono imaginario. Hoy sigo empuñándolo como motor e impulso de mis proyectos de comunicación. Disfruto mucho comunicar, dialogar, pensar con los otros. No pude ser periodista (mi sueño de universitario) pero lo que hago en la difusión y la comunicación, no me sale tan mal. Y sigo.


Tengo a mi haber una semana completa de clases en la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica, tras la que me di cuenta que lo mío no era la actuación, aunque me gusta. Es que venía de años de interpretar a Bertold Brecht, Mario Benedetti, el chileno Óscar Castro…fue una época linda. Pero se acabó.


Entré a la sociología buscando ilusionarme de nuevo con el teatro. Y encontré algo aún más maravilloso. Me convencí que la poesía era lo mío el día que crucé por primera vez el Río Suchiate en la frontera entre México y Guatemala, en el marco del Festival de Poesía de Quetzaltenango. Lo hice con amigos entrañables como Chary Gumeta, Roger Castro, Noé Roquel, Benjamín Calderón y Osman Mérida. Ese día supe que había llegado al lugar correcto.


Ahora la frontera entre arte y academia es para mí muy difusa. Pero sigo cruzándola, pasándola de un lado al otro cada vez que puedo.



He publicado poesía, cuento y ensayo. Ahora por razones académicas (estoy liado con mi proyecto doctoral en el que investigo la relación entre cuerpo migrante y poder en Costa Rica entre los siglos XIX y XXI) he frenado un tanto la escritura y lectura literaria. Pero continúo observando. Y apuntando.


Quisiera volver al ensayo. Con mi primer intento (una reflexión en caliente sobre los corredores humanitarios centroamericanos de 2018) tuve la posibilidad de ganar el premio nacional de literatura en Costa Rica. Y eso me sirvió para iniciar un proyecto de difusión y sensibilización que no para. Desde ese año acompaño un dispositivo experimental que utiliza la narrativa poética, los objetos, el arte, como herramientas para hacer entender que la movilidad humana es algo que nos pasa por los cuerpos. Mucho de lo que hago allí se explica en ese ensayo maravilloso publicado por Ediciones Amargord (España), llamado “Déjennos pasar: migraciones y trashumancias en Centroamérica".


En las primeras semanas de pandemia en mi país se desató una ola xenofóbica muy fuerte que asociaba enfermedad con extranjeros (pobres, nicaragüenses, indocumentados). Entonces decidí convocar a la poesía a un grupo de poetas migrantes radicados en Costa Rica, para contestar desde la palabra esas narrativas de odio. Fueron unas transmisiones preciosas a la que denominamos “Ríos de Gente” (como la canción de Perro Zompopo). En ese momento empecé a pensar que era necesario un espacio para vencer los miedos y curarnos. Para recargarnos emocional y espiritualmente. En julio de 2020, en una tarde soleada, abrí por primera vez transmisión con mi querido Gustavo Maca, de Uruguay. Hablamos tanto de todo. Poetizamos. Ese fue el primer programa de más de 155 programas que llevamos trasmitidos hasta la fecha. Llegué tarde a la comunicación, pero la comunicación me esperó. Y por eso hago Zona de Recarga.


Y seguimos.


Tengo pendiente la escritura de un libro de poesía sobre mi abuela materna. Cuando termine mi proyecto doctoral, trabajaré seguramente en eso. Con ella conocí el baile, el amor, la cerveza, la consecuencia política. Le debo mi pasión -a veces irracional- por la justicia y la equidad. Le debo poetizarla.



Poema


ME QUEDO CALLADO


Escribe por ahí

corazón

hay arrestos

el cuerpo zarpa

pero jamás regresa.


Una multitud

se asemeja

a tus soles

bien formados,

unívocos.


Las sombras del tatuaje,

sus nombres

mal habidos

escritos

tal vez en otros juegos.


Debimos decir

amor

mercado

luz.


Escarbar la norma

de la palabra

en la matrícula

de una embarcación

que se pierde

breve

en la bruma.


Cosas que

pasaron por el aire:

las leyes

de la dinámica animal.

el juego de la faz

de la tierra

La física de tu voz.


Tus sombras.

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