El corazón incontenible de las noches, el poemario de Juana M. Ramos y Floriano Martins (Colección Libros Imposibles de Agulha Revista de Cultura y EntreTmas Revista Digital, 2024), comienza con dos pequeños prólogos escritos por sus autores y donde cada uno habla precisamente de esa noción de noche y oscuridad y lo que representa en el mito. Por una parte, Floriano Martins la equipara al desorden, al Caos -no en vano la noche es su hija- del que nos habla la mitología griega; y Juana Ma. Ramos nos trae a colación la milenaria cultura maya para explicarnos que desde su punto de vista la oscuridad es en cierta forma una luz.
El poemario nos confronta a una lucha de contrarios necesaria al goce, a la lujuria y al descanso que llega después de un encuentro amoroso. Y aunque este libro es a primera vista un viaje erótico también es un viaje filosófico. Yo diría que en el juego amoroso que se da entre esta pareja que se lanza al abismo, y que se deja aspirar por los remolinos de la noche, también está implícita esa característica del flâneur; me refiero al caminante que encuentra en el sendero recorrido una forma de rendirle tributo al fare niente y al mismo tiempo le permite divagar, pensar, cogitar; y por ende penetrar en su propio averno, acariciarlo y deleitarse con él en un juego amoroso del que o bien no se regresa nunca o en el hipotético caso que encuentre el camino de vuelta ya los dos amantes no son los mismos; en cierta forma la locura amorosa les ha usurpado la que fuese su propia identidad.
Por otra parte, quisiera concluir que El corazón incontenible de las noches me hizo pensar en El Imperio de los sentidos, de Nagisa Ôshima (1976), puesto que tanto el poemario de Martins y de Ramos como película mítica de Oshima, el erotismo en sí mismo es visto como una senda necesaria en la búsqueda de la verdad absoluta.
El corazón incontenible de las noches es un hermoso libro; disfruté cada frase, cada imagen, cada palabra. Leerlo es un inmenso placer estético y límbico.
Berta-Lucía Estrada
Crítica Literaria
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